miércoles, 7 de marzo de 2012

Mamá, ¡quiero cuadernos!


CONTEXTO 1: Bueno, el 14 de febrero fue el cumpleaños de mi tío. Ese día, estaba el Michael presente. Michael es un amigo de mi tío, que, entre muchas cosas, es músico. Durante la cena de cumpleaños, mi mamá mencionó que yo quería un bajo, pero debido a nuestra pobreza... Digo, a nuestra situación económica, no nos era posible comprar uno en un futuro cercano a mediano-largo plazo. Fue ahí que él nos dijo que tenía un bajo que no usaba, que requería de un arreglo, pero que con gusto me lo regalaba, y que él nos avisaría cuándo debía irlo a buscar. Fue así que el jueves pasado fui por él y lo dejé en la Ollita en reparaciones.

CONTEXTO 2: Este año, como ya sabrán, empiezo la Universidad. Más precisamente, el lunes de la próxima semana empiezo la universidad. Y bueno, sé que es la universidad, y que tener útiles bonitos es lo de menos... Pero tengo una obsesión con tener cuadernos. Así que, tras mucho hinchar, mi mamá dijo "bueno, usa parte de las diez lucas del arreglo del bajo".



Ahora sí, vamos con la entrada del blog real de hoy:
Ayer martes llamé a la Ollita, y me informaron que el arreglo del bajo sale 18 lucas. MUCHO más de lo que teníamos presupuestado, pero MUCHÍSIMO menos que un bajo, en especial tan genial como ese. Así que acepté el arreglo, y me pidieron que fuera a abonar una parte del pago. Como ayer fui a visitar a la Gabi, decidí ir al centro hoy, y de paso comprar cuadernos. Así que, tras terminar de ver Malcolm a las 5, arreglé mis cosas, junté mi plata, me eché el bloqueador y salí a tomar la micro.
Obviamente, había olvidado que hacía un calor de los mil infiernos. Me subí a la micro y me senté al lado del sol, ya que, obviamente, no quedaban asientos a la sombra.
Fue entonces que llegamos al paradero siguiente, el catorce, donde subieron dos mujeres. La primera subió y quiso sentarse en el primer asiento, junto a una tipa que tenía un montón de bolsas en el asiento de al lado. Y por eso empezaron a discutir, sobre "los asientos no son para llevar cosas" y de "no puedo llevar todo encima, y quedan asientos" (La micro iba vacía y las tipas no eran ni inválidas, ni embarazadas, ni de la tercera edad, así que no sé de qué mierda se quejaban de no poder irse sentada una sola en el primer asiento, en vez de irse las dos juntas en un asiento cualquiera, HONESTLY).
En fin, tras gritos varios, un largo recorrido, un tipo que se subió a tocar canciones cristianas y más, me bajé de la micro, en Castellón. Caminé las dos cuadras que me separaban de la librería Giorgio de los tribunales, y llegué a la tienda, la cual, a la distancia (y sin lentes) no se veía tan llena...
WRONG! Estaba llenísimo. Saqué número. 72. Van en el 41. Mierda. Okei, okei, elijamos los cuadernos. No hay de Phineas y Ferb, no importa, no importa, uno con un par de Converse, otro con una ciudad y un montón de luces puestas en photoshop (estoy segura que tengo esa textura), uno de Mickey Mouse, otro de un puerto bonito y otro que es rojo. Simplemente rojo. Y rayable. We'll see.
Bueno, al fin me tocó. Pasé los cuadernos, le pedí a la tipa que me viera el precio de un coso de post-it. Me preguntó de qué servían. Le dije que para marcar páginas y tomar notitas, me pasó la boleta. Fui a la caja, pagué, volví. No encontraba a la tipa, pero mi bolsa estaba encima. Al final, otra vendedora me dijo que me la llevara, así que me fui. Siguiente misión: Llegar a la galería Caracol.
Crucé la calle, y pasé al lado de gente mechoneada. Estaban cubiertos de pintura. Pobres. La otra semana me toca a mí. Ni cagando pido plata. Seguí caminando, llegué al Paseo Peatonal. Debido a que el mall se quemó, estaba más plagado de gente que nunca. Así que apliqué la técnica de caminar lo más rápido posible  esquivar a todo quien se me cruce. Logré llegar a la galería Caracol. Bajé a La Ollita. Esperé a mi turno. Me atendieron. Dejé cinco lucas de abono (porque gasté 4 mil y algo en los útiles que compré) y, tras asegurarme de que iban a llamarme cuando estuviera listo, me fui. Tomé la micro (que iba llena), conseguí asiento cuando faltaban dos paraderos para el mío, me bajé de la micro, fui al super, me compré una cocacola de 580 ml. Crucé la calle, están mi tía y mis primos esperando micro. Mi prima corre hacia mí a abrazarme. Me pregunta, hiperventiladamente, por mi bajo. Le dije que fui a abonar, no a retirarlo. Me miró más seria. Hasta ahí le llegó la alegría de verme. Subieron a la micro. Crucé el cuarto de calle que me faltaba, entré a la casa.
Y esa fue mi aventura de comprar cuadernos. Moraleja: SI HACE CALOR, NO SALGAN xD

martes, 21 de febrero de 2012

Vacaciones - Parte 2

El miércoles por la tarde fue el cumpleaños de mi madre... Pero no la pude celebrar mucho más de lo que ya lo habíamos hecho en la noche anterior, junto al cumpleaños de mi tío, puesto que esa tarde debía partir a Santa Juana, para juntarme con mis tíos en su campo, y de ahí irnos a acampar a un lugar cuyo nombre no recordaba, pero sabía que empezaba con I. Así que en la tarde armé la mochila, la bolsa con cosas varias que ya no cabían en ninguna parte y me subí a la camioneta, para que mi tata me llevara al terminal de micros que van a Santa Juana. Saqué pasaje a las 19:45 (ya eran las 19:20), y esperé con mi tata...
A las 19:30 llegó una micro. Me subí, y vi a un tipo en mi asiento. Disculpe, yo pagué por ese. ¿En el bus de las 19:30? ¿Acaso no es el mismo que el de las 19:45? No. Oh, chofer, disculpe, me equivoqué de micro, ¿me devuelve el boleto? Muchas gracias, perdón la molestia, mi tata aún me esperaba, menos mal. A las 19:43 llegó la micro correcta, chao tata, hola chofer, bus de las 19:45? Ah, ya, no me quiero equivocar otra vez, tome, muchas gracias. Asiento número cinco, ventana. Al lado mío, iba una señora con su guagua, que, por suerte, no lloró. Me acomodé, puse bien los audífonos, cerré los ojos poco después de haber cruzado el puente.
Dormí. Según yo, fueron sólo diez, a lo más quince minutos. Había pasado una hora y ya estaba en Santa Juana. Me bajé cuando ya no quedaba nadie, en la plaza... Pensé en llamar a mi tía, pero no hizo falta, mis primos agitaban los brazos, ya estaban esperándome. Metimos todo en el auto, y nos dirigimos al campo.
Esa tarde-noche, intenté enseñarle Carioca a los niños con su abuela paterna. Fiasco, se aburrieron a los dos tríos. Tomamos pisco sour (primero del comprado, y luego un sorbo del hecho por mi tío), y luego a la cama. Mis primos querían que durmiera en la pieza de ellos. Mis tíos dijeron que durmiera en la cama del Lu. La Emi se quejó de que nunca nadie duerme en su cama. De acuerdo, Emi, duermo contigo. Vimos un poco de Rango, con una luz prendida que me llegaba a los ojos, y una almohada muy alta, y poco espacio. Lu se durmió. Lalo, el padre de los niños, apagó el computador, pero no la luz, porque la Emi la quería prendida. Pasa el rato, y mi tío vuelve, apaga la luz, y se va a acostar. Me dan ganas de ir al baño, así que me paré, y fui... cuando volví, la Emi se había acomodado de tal forma que ya no cabía en la cama. Bostezando, me fui al living/comedor, y me tiré en uno de los catres, donde me tapé con lo primero que pillé, en eso llegó mi tía. Le expliqué mi situación, me ayudó a taparme, buenas noches, y a dormir.
Al día siguiente, despertamos temprano. Desayunamos, nos vestimos y luego nos subimos al jeep, que iba cargado a más no poder, pero no sin antes saludar a los amigos de mis tíos que nos acompañarían en el viaje, el Marco, la Cecilia y sus hijos, la Martina y el Matías. Dato curioso: La niña es la mayor, y el niño el menor, tal como pasa con mis primos. En fin, ellos se subieron a su camioneta (que llenamos con más cosas nuestras), nosotros al jeep, y partimos, rumbo al sur, a la Laguna Icalma, a eso de las... 10? Bueno, salimos temprano. Primer error: Sentarme al medio de mis dos primos. Comprenderán que no fue un viaje tranquilo, y que no dormí todo lo que me habría gustado, pero bueno, el paisaje valía la pena. Hacia el final del camino, había un túnel, de unos cinco kilómetros, el Túnel las Raíces. Tomé unas fotos interesantes ahí, mientras a mis tíos les daba claustrofobia leve y mis primos no sabían si disfrutar el túnel o asustarse por la oscuridad. Luego vino un largo camino con curvas y en altura (y el Luciano escondido en mis piernas), hecho de ripio y, finalmente, llegamos a Icalma. Había un paso a Argentina, pero lo pasamos de largo por ese día, y continuamos el trayecto hacia el camping en el que íbamos a quedarnos. Cobraban por carpa, así que el plan era no armar la mía hasta bien entrada a la noche, o algo así. Al final, la armaron, y, con la excusa de que era para las cosas de los niños, el dueño no la cobró (aunque creo que era más que obvio que él sabía que era para alguien que sí iba a usarla). Los niños jugaron en el lugar. Con mi tía fuimos a comprar cervezas en el negocio que había a la entrada (Corona, una cerveza bebible, algo es algo). Con la Emi nos comimos unos tallarines, y luego los niños fueron a bañarse a la Laguna. Por flojera, sólo me puse la parte de abajo del traje de baño, con la intención de "meter sólo los pies". Obviamente, me mojé bastante, pero no hasta arriba. De vuelta a nuestro lugar del camping, comimos, conversamos, bebimos pisco sour. A eso de las 8 daban la luz, y a las 11-12 nos fuimos a acostar (tras perder por poquísimo una partida de Scrabble contra el Lalo). Yo tenía carpa para mí sola, así que me metí en mi saco, saqué los audífonos y escuché música, retomando, finalmente, Rayuela. Lo que no tenía en cuenta, era que el viento que había era mucho y terriblemente frío. Tenía un saco de dormir más delgado puesto a modo de colchoneta, pero decidí meterme dentro de ese saco, ponerme las calcetas que me había prestado mi tía, meter ese saco dentro del saco térmico original, y ahí dejar que el calor se acumulara. Escribí un poco, leí otro poco, apagué la luz y a dormir... O a intentarlo, ya que habían unos tipos teniendo el carrete del siglo (o eso parecían creer) a nuestro lado, gritándose y demás. Borrachos.
Día dos del campamento, viernes. Nos levantamos, vimos una mesa llena de botellas vacías, y desayunamos. Felicito a mis tíos por su aniversario de matrimonio. Mi prima grita "Es el cumpleaños de Billie Joe!". Reímos. Terminamos el desayuno y decidimos ir a la aduana a averiguar lo del cruce, para caminar hasta el otro lado. Yo sólo tenía que llevar carné, mis tíos tenían los carnés de ellos y de los niños, y el Marco y la Cecilia tenían los carnés de sus hijos. El problema fue que pedían la libreta familiar para cruzar a los niños, y sólo mis tíos la tenían, y la tenían en el auto, en el camping (que quedaba cerquísima, pero igual). Así que al final decidimos no pasar. Mi interés en ese lado de la Argentina era que había un lago llamado "Aluminé", que es el apellido de una amiga de Argentina, y quería tomarle una foto, pero bueno, si no cruzábamos, no era el fin del mundo. Decidí ir el otro día por las mías si andaba de ánimos, y nos dedicamos a recorrer el cementerio del lugar (me sigue perturbando el hecho de que las tumbas fueran montículos, como si los cuerpos estuvieran ahí mismo, a no más de 10 centímetros de profundidad), y nos devolvimos al camping. El Lalo y el Marco fueron con el Lu, la Martina y el Matías a subir un cerro. La Emi andaba un poco con las mañas, así que nos devolvimos al camping. Estuvimos un rato en la playa de la laguna, mientras la Cecilia dormía siesta. Vimos cómo llegaban a la cima del cerro que escalaban los demás (estaban al lado), y los vimos bajar; llegaron justo a la playa, y se metieron al agua. Había harto viento, así que no me tentó la idea de meterme al agua, que no era tan fría, pero.. No.
De vuelta a nuestro lado del camping, a almorzar. El viento empieza a aumentar. Los bochincheros se van, celebramos. Niños al agua, tomar fotos con la super cámara (nota mental: revelar rollo), salir a recorrer nuevamente. Estaban armando una feria costumbrista. Tomé nota de comprar un llavero después, cuando ya estuvieran bien instalados y hubiese inaugurado. Más fotos. De vuelta al camping, el viento continúa. Pusieron, además del toldo, un coso cuyo nombre no recuerdo, para que no llegaran tantas piedritas. El Marco y el Lalo empezaron a hacer el fuego, para poder hacer el asado prometido (había que celebrar el aniversario de boda de mis tíos, no?)...
Y se pone a chispear. Y a chispear más. De pronto, está lloviendo... Es mucha agua, y fría... Los niños del Marco y la Cecilia se refugian en su carpa, junto a la Cecilia. Mis primos y mi tía hacen lo mismo en su carpa. Yo me meto a la mía. Obligada a leer Rayuela, a la luz de la lámpara. Fuera de la carpa, mi primo salió, a salvo con un gorro, botas y parka, contándonos cómo hacían canaletas en el exterior, y cómo caía el agua. Eran como las siete  de la tarde, y no pudimos salir hasta un buen rato después. Café, mi tía me pasó un coso de pan de molde, que tiré al interior de mi carpa, en caso de que hiciera hambre a mitad de la noche. Habíamos decidido irnos a duchar en ese momento, pero preferimos posponerlo hasta la mañana siguiente. Pisco sour para mí y mi tía, enguindado para el Marco, y no sé quién más tomó eso. Los niños asaron malvaviscos, y creo que eso fue lo que más sufrieron, que no les gustó cómo quedaron. Una sopa para el frío. Empieza a chispear de nuevo. Me metí a la carpa, prendí la lámpara, sequé lo que se mojó al abrir la carpa, y me acomodé. Ya eran como las diez u once. Me puse pijama, comí un pan, leyendo Rayuela. Luego me dediqué a escuchar canciones de los Foo Fighters y a intentar transcribir la letra (no quiero revisarlas, mi autoestima morirá (?)). Escribí un poco, y me acomodé en el saco, al igual que la noche anterior, segura de que habría menos boche que la noche anterior.
Error. Los nuevos eran igual de ruidosos. En medio de la lluvia, empezaron a apostar sobre quién se tiraba a la laguna. Al rato, con gritos, se fueron. Silencio. Me acomodo... Vuelven gritando de frío, sigue el boche, me doy cuenta que tengo que ir al baño. Lástima, aún llueve, me duermo.
Desperté de nuevo como a las 7:30, aún con ganas de ir al baño. La lluvia había cesado. Estuve un buen rato esperando a ver si volvía a llover, y no lo hizo, así que me puse el polerón y un par de zapatillas y salí de mi carpa, para ir al baño, que no quedaba lejos. Fui, salí y había una señora yendo. La saludé con una sonrisa, y me devolví a mi carpa, cuidando de no hacer mucho ruido para que mis acompañantes no se despertaran por el sonido del cierre de la carpa del centro abriéndose. Sequé la carpa, que se había vuelto a mojar al abrir. Me di cuenta que los pies de mi saco estaban mojados, porque había tocado el borde. Daba igual, tenía otro saco dentro, así que no sentí nada, y ni siquiera se pasó al interior. Me metí a los sacos, me saqué el polerón, me comí otro pan, me acomodé y, al tiempo que empezaba a llover de nuevo (¿se habría alcanzado a refugiar la señora del baño?), me dormí.
Desperté al par de horas. Con mi tía fuimos a las duchas, aprovechando que no llovía de nuevo. El agua estaba helada, y mi prima, que nos acompañó al baño, se reía de nuestros gritos desde el interior de nuestros respectivos cubículos. Bueno, igual rico tener el pelo limpio. Salimos, me vestí en la carpa, y luego salí a desayunar, para ver cómo los adultos continuaban la conversación de la noche anterior, respecto a dónde ir. ¿Pedían una cabaña? ¿Nos íbamos a otra parte? Podríamos ir a las termas... Al final, decidieron que lo mejor sería irnos, pasar a Lautaro, saludar a mi tía-abuela Sonia, a mi bisabuela Emilia y a mi... asumo que tía o prima, Alejandra. Terminamos el desayuno y empezamos a guardar todo, al tiempo que comenzaba una lluvia, que, rápidamente, se volvió torrencial. Me escondí con mis primos en su carpa un rato, pasándole cosas a mi tía. Al final, nos fuimos al jeep, y ahí esperamos el partir. Echamos bencina en Melipeuco (el camino estaba mucho mejor de ese lado), bajé a tomar fotos ahí, y luego proseguimos el camino hasta Lautaro, al cual llegamos como a las 2. Sorpresa general de vernos. La Tía Sonia no me reconoció, no me veía hace años. La abuelita Emilia estaba feliz. Almorzamos (primer día de la semana que no comía tallarines, sino que arroz... con 40 vienesas), nos tomamos fotos, vimos fotos, y luego nos despedimos, para subirnos al jeep nuevamente, a eso de las 5:30. Esta vez, yo iba en la ventana derecha, el Lu iba al medio, y la Emi en la ventana izquierda. Me acomodé contra la ventana, el Lu se acomodó en mi hombro, y dormimos. Él durmió más que yo, claro.
Continuamos viajando hacia el norte de la región. En Victoria mi tío le echó más bencina al auto, ya que sí estaba a un precio decente, y, tras un largo viaje (ya eran como las 8:30 cuando llegamos), nos bajamos del vehículo, en el campo, en Santa Juana. Finalmente, hicieron el asado que tanto querían, el Roberto (padre del Lalo, abuelo de los niños) tocó guitarra y nos conversó un rato, la Gigi (madre del lalo, abuela de los niños) se fue temprano, la Cecilia y el Marco se fueron a dormir en la casa de ellos (al lado), los cuatro niños durmieron en la pieza de mis primos (mentira, la Emi durmió con mis tíos), viendo Rango, y yo dormí en un catre diferente, agradeciendo la colchoneta de soporte que tenía, leyendo Rayuela. Me dormí apenas cerré el libro.
Último día, domingo. Desperté temprano. Desayuné con mi tía y mi prima, luego se nos fueron uniendo las otras gentes. Me levanté. Leí Rayuela. Toqué guitarra (las había llevado al campo, con la intención de llevarlas al camping, y aprovechar de enseñarle un poco a la Emi, pero por motivos de espacio, se quedaron  en Santa Juana), y, a eso de mediodía, llegaron mis tatas con mi madre, a almorzar, para luego irnos a la casa. Almorzamos todos juntos, los niños fueron a la piscina, conversé a la orilla con mi tía y mi madre, luego me conseguí una bicicleta y tomé la cámara, para ir a tomarle la anhelada foto al cartel de "Se provide la dentrá a este predio", que está a un par de parcelas de distancia. Claro que la bici tenía el asiento bajo y los pedales más duros de lo que recordaba en las bicicletas, así que la dejé abandonada antes de llegar al portón de la parcela en la que estábamos, e hice el resto del trayecto caminando. Llegué al cartel, y había un hombre sacando verduras. Oh, oh, dueño del fundo o trabajador de él, no era buena idea que me viera tomándole fotos a su cartel más escrito. Tomé un par de fotos más allá del camino, y no me devolví hasta que vi cómo el hombre se iba en su bicicleta con carrito, el cual llevaba lleno de verduras. Le incliné la cabeza, y me saludó con un "hola niña". Llegué al cartel, y le tomé la bendita foto (nota mental dos: realmente debes revelar ese rollo). Caminé hasta la parcela en la que estábamos, recogí la bici y la llevé hasta el campo. Le conté la aventura a mi tía, y decidí meterme a la piscina. Dejé la bici cerca de donde la había sacado, me cambié a traje de baño, y me sumergí un rato en el agua. Al poco rato, me salí, intenté hacer sudokus (el nivel fácil estaba mal hecho, ya que tenía dos 3 en la misma fila, y el nivel difícil estaba... bueno, difícil), luego me fui a la casa, me cambié de ropa, tomamos once y, al rato, nos fuimos. Me despedí de todos, echamos mis cosas a la camioneta, y nos subimos, para dirigirnos de vuelta a Chiguayante.
En general, la pasé bien. Lo único malo fue la lluvia, que nos acortó el viaje, pero igual, fue una linda experiencia (ahora puedo decir que acampé con lluvia en una carpa sin súper tela especial encima!), y que ahora me duele la espalda y un brazo (espero que ese dolor se me quite esta noche), pero todo lo demás estuvo genial, y eso incluye la gente y los paisajes. Y bueno, queda pendiente el cruce a la cordillera, pero ahí planeo ir un poco más el norte y hacia la costa Atlántica, por ahí en Buenos Aires :)
Y me iré a dormir, después de una entrada gigante. Quedan 3 semanas para entrar a clases!

lunes, 13 de febrero de 2012

Vacaciones - Parte 1.

Bueno, gracias al Servicio Turístico Oficial de la GDH (ese nombre que le dio el Karlos fue lo bastante épico como para que quedase así), el lunes 23 de enero me encontré a mí misma en el terminal de Collao, con el Seba, esperando a que llegara el Línea Azul que nos traía a Carla, una de las moderadoras del foro que co-fundé con Ale y Karlos. Tras una larga espera, el Seba se fue, y al instante, llegó el bus. Y ahí llegó Carla.
Tuvimos una semana bastante tranquila, pero sin mucho dormir. Nos quedábamos jugando MusicChallenge, viendo películas y ella intentando explicarme Dr. Who. Fuimos al centro con la Ale y la Kmy, fuimos al mall y, al mismo tiempo, la Amanda fue picada por un zancudo, que le hinchó el ojo de una forma monstruosa, así que, mientras Carla dormía por las mañanas, Amanda hacía trámites en la U (me habían dado el crédito aval del estado, y tenía que ir a avisar), fue a la doctora y se tomaba los corticoides, que le inflamaron todos los ganglios, pero le deshincharon el ojo. En fin, fuimos también al Parque Ecuador, a ver la Feria de Arte (que está igual que todos los años) y así nos dio el miércoles 1ro de Febrero, día en que Carla se iba... Pero no por mucho, ya que, en conmemoración de llevar un año de amistad, el Seba me informó, finalmente, el día exacto en que Celes (la moderadora argentina de la GDH) llegaba a Chile :D
Bueno, sigamos linealmente. El miércoles 1 fui a dejar a Carla al terminal. El jueves 2 llevé a mis primos al Registro Civil, a sacar carné por primera vez, ya que van a ir a acampar, y planean cruzar la cordillera a un pueblito de Argentina... Ahora, creo que esa última parte no se hará, pero sí irán a acampar, y la Amanda va a unírseles, pero aún no llegamos ahí. Viernes 3, nada, aparte de ver Dexter. Sábado 4 hice brownies y, finalmente, vi la película "50/50", que recién habían subido a Cuevana. El domingo 5 vi Breakfast Club, sintiendo ansias crecientes, ya que sabía que Celes estaba viajando en el bus a Chile. El lunes 6 hice galletas de chocapic... Creo que aún quedan... En fin, así llegó el martes 7, a eso de las diez de la noche, el Seba me manda un mensaje de que les vaya a abrir. Así que bajé, les abrí el portón chico y vi a mi tío cerrando el portón grande. Bueno, ya era tarde, hora de cerrarlo, era normal...
Hasta que sentí gente atrás mío saludándome: Seba y Celes habían entrado por atrás, consiguiendo lo que tanto habían planeado: Sorprenderme. Así que entramos a la casa, donde ya estaba la maleta de Celes, el amplificador del Seba y sus dos guitarras. Subimos las cosas, conversamos y demás, hicimos una twitcam donde tocamos varias canciones y, finalmente, nos acomodamos en LA cama (es de dos plazas, así que tan incómodos no estábamos... Bueno, yo tuve la sensación de estar cayéndome toda la noche, pero esa es otra historia xD).
El miércoles, a eso de las diez, al Seba se le ocurre despertar. Se salió de la cama, lo cual me dio espacio para dormir más cómoda... hasta que volvió y se puso a conversar y a tocar guitarra con el amplificador. Adiós, sueño. Esa tarde, fuimos al estudio los tres con Gaby, y aprovechando un depósito hecho por la TamyTamy y una plata regalada por mi tía, me compré mi entrada al segundo día del Lollapalooza, con la cual podré ver a los Foo Fighters :D Luego, con Celes fuimos a buscar a Carla al terminal de Collao. De ahí nos fuimos a la casa, donde ya nos esperaba Ale. Subimos, hueveamos y al rato llegó Seba. Esta noche, estábamos todos más cansados, así que no hicimos twitcam (esa fue la excusa que usamos todos los días siguientes, por lo cual concluyen correctamente que no hicimos más twitcams xD). Subimos otro colchón, de una plaza, quedando en la cama grande Carla-Seba-Ale y en el colchón Celes y yo.
Jueves 9, fuimos al mall. Ahí nos encontramos con Gaby y, casualmente, con Coni (una amiga mía y de Ale por el colegio), quien se nos unió por un buen rato. Jugamos en apple, comimos helado, jugamos con los juguetes de Falabella, y de ahí nos fuimos al Santa Isabel a comprar cosas para hacer pizza y luego irnos caminando a casa de Gaby, quien vive en las Lomas de San Sebastián, cerca de donde vivía Ale antes. Hicimos las pizzas (una con salsa de tomate, jamón, queso y tomate; otra que era mitad salsa de tomate, jamón y queso y mitad salsa de tomate y jamón; y otra que tenía poca salsa de tomate, un coso de jamón, una rodaja de tomate y mucho queso), comimos, Celes le pasó su regalo a Gaby (un pañuelo de leopardo xD), jugamos con Berta y luego decidimos ir a jugar a la plaza un rato, mientras esperábamos la micro que nos llevaría al centro. Como las personas maduras que somos, jugamos en los columpios, en los resbalines y demás antes de despedirnos de Gaby y subirnos a la micro, que dio vueltas por lados de Concepción que me eran desconocidos. Esta vez, Seba siguió de largo a su casa, y Carla, Ale, Cels y yo nos bajamos en Paicaví, para tomar otra micro que nos llevaría a mi casa. Ya allá, con Celes practicamos las canciones que teníamos que tocar en el estudio al día siguiente, Ale leyó Sherlock Holmes y Carla sacaba canciones en la guitarra. Esa noche no nos acostamos muy tarde, y al día siguiente nos levantamos para ir al estudio, nuevamente. Esta vez, se nos unieron Carla y Ale, y grabamos varias canciones (aquí está el primer video, sigan viendo en la misma cuenta las otras 7 partes; Carla subió la grabación de Homecoming a su facebook, pero ahí me da paja buscar el link), y fue bastante genial. Luego fuimos a comer chatarras varias, para luego ir a dejar a Ale a su paradero, despedirnos de Seba y Gaby, e irnos a dejar a Carla al terminal, para que se fuera a Talca a continuar sus vacaciones. Con Celes nos volvimos a la casa, y Seba nos dijo que al día siguiente su padre nos llevaría a Arauco, así que nos dispusimos a no acostarnos muy tarde...
Cosa que, obviamente, no cumplimos del todo. Me despertó un mensaje del Seba, que decía que nos juntáramos en otra parte, y un poco más temprano, así que partí a levantarme un buen rato antes. Luego desperté a Celes, desayunamos y nos fuimos a Conce, al punto en que habíamos acordado que nos pasarían a buscar. Nos subimos al asiento trasero con los dos hermanos más chicos del Seba y partimos a Arauco, una playa a la que no iba desde que era MUY chica. Como somos weonas, no llevamos toalla ni nada (bueno, Celes atinó a ir con shorts y a llevar hawaianas), pero igual terminamos mojándonos bastante. Luego Celes escribió GDH en la arena, y será la base del nuevo banner del foro, tonteamos un rato y nos fuimos a la plaza de Arauco, donde nos tomamos un helado (me ensucié entera, obviamente xD). Y luego emprendimos el viaje de vuelta, que Celes durmió y la Amanda aprovechó para tomar fotos con la cámara de Seba en la memoria de Celes, conversando con Seba y su padre. Llegamos a Concepción, y con Celes bajamos. Decidimos recorrer el centro para comprarle algo a su madre... cuando recordé que era sábado, y estaba todo cerrado. Así que nos fuimos a mi casa, en una micro llenísima. Llegamos, y webeamos hasta tarde; era la última noche.
El domingo despertamos, y en mi casa procesaron que era el último día de Celes allá. Y también nos enteramos de que el Seba no tenía plata para irla a dejar a Santiago. Así que se me ocurrió irla a dejar, para lo cual juntamos plata entre todos. Fuimos al terminal, compramos los pasajes a Santiago, y de ahí nos juntamos con Seba, para ir a la U. Ahí tomamos muchas fotos, y escribimos la carta que teníamos que mandar a los de Argentina. Luego, volvimos a Collao, ahora a buscar la correa de guitarra que Celes le había prestado a Seba (esto me recuerda que aún tengo el amplificador y la guitarra acústica del caballero en mi pieza xD!), y nos despedimos de él. Nos fuimos a mi casa, Celes armó su maleta, yo improvisé mi mochila, vimos los Grammys, y luego mi tata nos fue a dejar. Nuestro bus salía a la 1, pero al final salió como a la 1:30, causando que llegáramos a las 7:30 a Santiago. Desayunamos en el terminal, me compré un par de gafas, Celes le compró un regalo a su hermana, y, tras un par de vueltas, llegó Karlos. Le pasamos el regalo que le habían mandado los argentinos (una revista con un esmalte cool! xD) Ya eran las 9 y algo, así que fuimos a los andenes del terminal, a buscar el bus de Celes. Y pese a ser tan temprano, ya estaba lleno. Santiaguinos del mal. Llegamos al bus, y, tras una espera considerable (pero no muy larga), Celes logró meter su maleta. Y ahí llegó la hora de despedirnos, hasta nuevo aviso. Luego, Karlos me acompañó a esperar a que mi bus llegara (salía a las 10:30... llegó al terminal a las 10:45). Nos despedimos y me subí. Llegué a mi casa como a las 5 y lo primero que hice fue almorzar.
Y aquí estoy. Tengo doce horas de bus encima, doce horas en las que no dormí todo lo que quería, pero leí, escribí y dormité. Y ahora estoy muerta de sueño, pero creo que me ducharé antes de acostarme, para poder cambiar sábanas y pijama y dormir bien.
Sting, sting, gente invisible! En la siguiente entrada, la segunda parte de las vacaciones, que incluye el camping con mis primos, si logro sobrevivir! xD

miércoles, 18 de enero de 2012

Mechona.

Bueno, supuestamente el domingo a las 23:00 se sabrían los resultados de las postulaciones, así que el sábado por la noche me fui a dormir tranquilamente...
Para ser despertada a las 11:59AM del domingo, con un mensaje de texto: Bienvenida Amanda, has quedado seleccionada en Antropología de la U de Conce.
Así que bajé a decirle a mi mamá, quien corrió a la página de la U a revisar si era de verdad. Y así era, había quedado, en el puesto número dos.
Así que el martes tenía que ir a matricularme. Me quedé el lunes hasta tarde (pasadas las 2AM) intentando terminar la reseña autobiográfica que debía entregar junto a mi postulación a beca. Tenía que levantarme a las 7. Cambié la alarma para las 7:15 y me dormí, para, al día siguiente, despertar, pasar la autobiografía al limpio, levantarme y salir de la casa a eso de las 8:15, para no encontrarnos con tanta gente...
Obviamente, para cuando llegamos, ya estaba bastante lleno. Nos pusimos en la fila más corta, que resultó ser la más lenta. En fin, en eso llegó el Seba, quien también estaba realizando el dichoso trámite. Al final me tocó, y me mamá me esperó, dejando que hiciera el complicado procedimiento sola... complicado procedimiento consistente en entregar el carné y la plata. De vuelta te pasan un papel con tu correo de la UdeC, otro papel que es la ratificación de la matrícula, la agenda de la U (que no tiene los días) y un lápiz. Luego el Seba fue a hacer su fila, y con mi mamá fuimos a esperar a que me tocara pasar a tomarme la foto que estará en mi credencial (más me vale haber salido reconocible xD). Y después de eso, fuimos a la fila de becas, en el gimnasio contiguo. Era una única fila que daba vueltas y vueltas y vueltas, y cubría todo el gimnasio, pero, por fortuna, quienes habíamos sacado sobre 700 puntos en el promedio entre lenguaje y matemáticas, teníamos una fila cortísima... De hecho, cuando yo llegué, la fila era inexistente. Nos atendió una asistenta social buena onda, entregamos el millar de papeles que acompañaba el informe socioeconómico, salimos. Mi mamá se fue a la tienda, y con el Seba fuimos a comer algo, haciendo hora esperando a que la Javi, con quien me iba a juntar como a las 12, llegara.
Y esa es la historia de cómo me matriculé y, oficialmente, soy estudiante de antropología en la Universidad de Concepción... ahora a esperar al 12 de marzo cuando empiezan las clases :)

viernes, 13 de enero de 2012

"Si está tan loca como dice, ¡guárdaselos tú!"

Bueno, hoy día desperté poco antes de las 12. Recordé que darían Casi Famosos a las 12:15, así que decidí levantarme tarde, ya que mi mamá no me había llamado por teléfono a hacer trámites, como dijo que haría de hacer falta. Así que bajé, me hice mi café con leche, subí un pan, me volví a meter a la cama, prendí la tele y el PC. Vi quince minutos de los Mythbusters y luego vi Casi Famosos... Todo estaba bien...
Hasta que a la una y cuarto mi abuela me pregunta por qué no había ido al DAEM.
Revisé el celular... No, ninguna llamada perdida de mi mamá. ¿Qué diantres tenía que hacer en el DAEM?
"Tienes que ir a buscar unas colillas de pago de tu mamá. Apúrate, que cierran a las 2."
Y el Registro Civil, probablemente, igual cierra a esa hora...
Corriendo, bajé, me vestí y partí la caminata al DAEM, que queda, por fortuna, en la cuadra siguiente hacia la derecha de mi casa. Caminé rápido y, de inmediato, supe que el no echarme bloqueador había sido un gran error. En fin, llegué antes de la 1 y media... Pero no tenía en cuenta que tenía que sobrevivir toda la burocracia primero. Entré, me dijeron donde ir, caminé por el pasillo, a la izquierda, crucé el patio, la escalera, entré a una sala, no, la de al lado. Ah, bueno, dile al que está al lado que lo imprima. Bajar la escalera, cruzar el patio, cruzar el pasillo, ¿me pueden fotocopiar esto? Esperar un rato, 13:28, comenzar a entrar en pánico, recibir las fotocopias, volver a cruzar el pasillo, el patio, la escalera, segunda sala. "Dile a tu mamá que no le podemos sacar los papeles cada vez que quiera". "Dijo que le dijera que usted sabe que está loca". "Bueno, si está tan loca como dice, guárdaselos tú". "Gracias... Cierto, sabe a qué hora cierra el Registro Civil?" Y con cara de "imposible que llegues", me responde que a las 2.
Bueno, aún hacía calor cuando salí del DAEM, así que caminar rápido a mi casa fue algo doloroso. Entré, dejé los papeles en el escritorio, revisé que aún tuviera los 700 pesos en el bolsillo, y fui a la cocina a tomar agua antes de salir de nuevo. Cuando volví a la calle, ahora en dirección a la izquierda de mi casa, ya eran las 13:48. Tenía una idea de dónde estaba ubicado el Registro, pero no estaba del todo segura. Así que simplemente caminé hasta que llegué a una plaza, donde vi un cartel que decía que hacia dentro estaba el Registro. Y caminé. Y caminé. Y apenas vi a la distancia el cartel de la casa exacta, eché a correr. Entré, a las 13:53 cansada, y saqué número. Fila equivocada, esa era para sacar carné. Saqué número, justo cuando decidieron sacar el coso, para que no llegara más gente. Y me tocó.
"Certificado de nacimiento con observaciones, que diga que no soy reconocida por el padre..."
Resulta que eso ya no existe. Así que había corrido de más. Genial. Volví a mi casa, caminando lento. Llegué, me duché, me cambié la polera. Me sequé el pelo, y a almorzar.
Estábamos a mitad del almuerzo, cuando a mi abuela le dolió mucho el pie, de la nada. Para evitar que se parara, me dediqué a servir yo los platos de ñoquis de ella y mi tata. Luego, la obligué a acostarse, y me dediqué a lavar la loza... Lo que no tenía en cuenta, era que el lavaplatos (y la cocina en general) era un desastre. Pero bueno, lavé, recordando el porqué usualmente no lo hacía: El lavaplatos me queda chico, generando un ligero dolor de espalda. Fui a ver a la abuela, vi que estaba mejor, y, sintiendo un súbito antojo de jugo de limón, fui al super a comprar. Sólo había sin azúcar, lo compré igual, volví, hice el jugo, me serví, subí a mi pieza y, al fin, me senté. Y ahora estoy en una especie de coma, cansada.
La adultez apesta.

sábado, 7 de enero de 2012

4, 5, 6 y 7

Estos últimos días han sido algo locos. El miércoles fui con mi tía a la U. de Conce a averiguar sobre las becas, luego me junté con Gaby y Seba a tocar, y después me fui a la junta del fan club. Llegué a la casa, y me acosté algo tarde. Pero el jueves, por primera vez en mucho tiempo, desperté después de las doce. Ese día, vinieron la Ale, la Caro, la Coni y la Vale a mi casa, a copuchear de la PSU y chanchear un montón de comida que aún queda. La Ale se quedó y, finalmente, vimos Eclipse. Qué película más mala. Eso me recuerda que al fin vendí mi saga de Crepúsculo, con lo que sólo me faltan 20 lucas para poder ver a los Foo Fighters! (40 si quiero ir los dos días, pero por motivos de posibles certámenes, prefiero no arriesgarme). Anyways, nos dormimos como a las 3, y despertamos a las once. Desayuno, almuerzo y al centro, a movistar con mi mamá, a arreglar mi teléfono que decidieron cortarme sin razón. Me dieron el servicio por cinco días, mientras intentan averiguar cuál fue la causa de la deuda inexistente que aparece en el sistema. Morons. De vuelta a la casa, siesta de 10 minutos, once, llega el Gaspar. Jugamos un rato en los PC's, luego comimos sándwiches gigantes, jugamos como hasta las 2:30, y ahí me fui a acostar, porque al día siguiente, debía levantarme temprano, para estar en el centro a las 10:30, y así irme con la Fer a su cumpleaños en Pingueral.
Así fue que hoy, sábado, me desperté a las 9:30. Estaba iniciando la labor de levantarme, cuando la fer me llamó diciendo que su tía se irá desde Chiguayante, y que podía irme con ella. Al final el Gaspar se fue como a las 11, y yo me fui como a las 12:30 xD Lo importante es que llegamos a Pingueral... donde estaba nublado. Fuck it. En fin, ya estaban ahí la Fer (duh), la Vale, la Ale y la Cata. Feliz cumpleaños Fer, almorzamos y, decidiendo ignorar el tiempo totalmente, nos fuimos todas a la playa, a mojar los pies. De algún modo u otro, terminamos mojándonos enteras (que no era apta para baño, what the heck), y riéndonos harto. De vuelta a la cabaña, recién ahí llegó la Carla xD Cantar cumpleaños feliz, once, una partida rápida de... No recuerdo el nombre del juego xD Y de ahí la tía de la Fer nos trajo de vuelta a la ciudad. Llegué como a las 9:30 a mi casa, saludé a la prima de mi abuela que vino de visita, me hice un chocolate caliente, cambié las sábanas y aquí estoy. Muero de sueño. Hoy me dormiré temprano, y de verdad :)
Sting, sting.

miércoles, 4 de enero de 2012

PSU

Con los puntajes obtenidos, quedamos en todo, menos medicina. Misión cumplida, cadete. Ahora hay que postular. Veamos son 10 opciones no puedes poner antropología en todas, así que veamos, cómo sería la lista.

  1. Antropología - U. de Conce
  2. Antropología - U. de Chile
  3. Antropología - U. Austral de Chile
  4. Astronomía - U. de Conce
  5. Traducción e interpretación en idiomas extranjeros - U. de Conce
  6. Bachillerato en humanidades - U. de Conce
  7. Psicología - U. de Conce
  8. Licenciatura en lengua y literatura - Universidad Alberto Hurtado
Sounds like a decent plan. Sí o sí quedamos en antropología en la primera opción, el resto es relleno. Ahora, no olvidemos que hay que intentar eximirnos de inglés, 'cause I can't take it any longer. Ahora, debería comenzar a pensar en la breve reseña autobiográfica que debe incluir mi postulación a la beca Enrique Molina, que, espero, poder conseguir. Fingers crossed!